05 Jun
Danzas típicas de antioquia

Bambuco

Cuando llega el momento de la música, el hombre sale para cortejar a su pareja y mientras la mujer se queda quieta, el hombre usa el paso medido, o de “puntiar, poniendo un pie detrás del otro si grandes desplazamientos, bailando picadito para atrás y luego zapateando para llamarle la atención. Juega con el pañuelo que lleva en la mano derecha pero ella continúa indiferente. Él zapatea nuevamente con toda intensidad, la llama con el pañuelo y ella comienza al fin a bailar en su sitio.

 

El pañuelo es muy importante en el baile, ambos lo usan, es el auxiliar para el coqueteo y la conquista. Cuando la mujer comienza a bailar, el hombre se aproxima, bailando también, jugando con el pañuelo, el zapateo y el cruce. Luego él salta, pone las rodillas en tierra y con la mano en alto revolotea el pañuelo, mientras ella gira alrededor suyo haciendo juegos con las enaguas. Después viene la figura de los círculos cruzados en la que danzan frente a frente, haciendo cada cual un círculo que se sobrepone al otro.

 

Finalmente él zapatea, dobla una rodilla, la llama con el pañuelo y se lo arroja; ella se aproxima acurrucándose y se alejan bailando.

 

Las parejas se desplazan con movimientos puros y recogidos, los contactos son fugaces y llenos de delicadeza con una gran dosis de ingenuidad en su interpretación. El paso esencial es el “escobillao”, arrastrando los pies en cada paso. El bambuco es una danza hermosa que tiene la manera de un idilio, de un poema de amor. Tiene la sencillez de nuestra raza implícita y guarda una elegancia parsimoniosa, casi ceremonial.

 

Pasillo

La significación del vals es fundamental para el baile del pasillo. Existieron dos posturas en la interpretación del vals, una académica muy acompasada, que se baila en pareja tomándose las puntas de los dedos y otra la “capuchinada” donde los danzantes se convertían en energúmenos o poseídos y donde toda extravagancia era bien recibida.

 

El pasillo surge de la síntesis entre, el vals colombiano y el torbellino. Es el ritmo de la libertad, pues se gestó como expresión de alegría durante el período de la independencia. 

En 1852 se pasó de la música puramente militar de viento a la música de cuerda, con la llegada del triple, probablemente traído a Antioquia por las tropas de Mosquera, y con el desarrollo de la bandurria, que se convierte en la bandola actual al añadírsele dos cuerdas por Diego Fallan y dos  más por Pedro Morales Pino.

 

Torbellino

El hombre sale y zapatea y si a alguna mujer le gusta su modo de bailar se levanta y hace giros rápidos, la figura del ocho y vueltas continuas sin alzar los brazos, levantándose un poco la falda para no pisarla. El baile del torbellino consiste en ir y venir  hacia el centro tres o cuatro veces y luego cambiar de puesto: la mujer da la vuelta y el hombre, caminando para atrás, pasa al lado contrario. El hombre sin apartarse mucho de su sitio, zapatea en medio de la sala con los brazos en la espalda y salta. La mujer se desplaza sin que se le vea mover los pies, como si el suelo que pisara la transportara velozmente.

 

Bullerengue

Se danza en la región de Urabá. Se dice que es una especie de cumbiamba y como todas las danzas del litoral norte, guarda gran parentesco con la cumbia aunque presenta una clara ascendencia africana. Es una danza de mujeres, una forma ritual de la pubertad en la que se exalta la iniciación de las jóvenes. Su ejecución se hace al ritmo de las palmas y de los tambores sin ninguna expresión de tipo melódico, excepto la voz.

 

La coreografía es bien definida: las jóvenes salen en fila coreando y tocando las palmas con las manos en alto, marcando el compás con pasos muy cortos parecidos a los de la cumbia. La forma de moverse es elegante y erguida, la expresión corporal se presenta uniforme, al unísono. Se frotan el vientre, se cubren los rostros y dejan caer la cabeza de lado a lado, baten sus faldas y la blancura de los trajes imprime a la danza una plasticidad muy especial.

 

El bullerengue es un ceremonial de gran belleza y puede considerarse una de las expresiones más valiosas del folclor nacional. El vestido para bailar bullerengue se caracteriza por su blancura simbolizando la pureza de las ejecutantes.

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